Según el rango de frecuencias utilizado para
transmitir, el medio de transmisión pueden ser las ondas de radio, las
microondas terrestres o por satélite, y los infrarrojos, por ejemplo.
Dependiendo del medio, la red inalámbrica tendrá unas características u otras:
Microondas terrestres: se utilizan antenas parabólicas con
un diámetro aproximado de unos tres metros. Tienen una cobertura de kilómetros,
pero con el inconveniente de que el emisor y el receptor deben estar
perfectamente alineados. Por eso, se acostumbran a utilizar en enlaces punto a
punto en distancias cortas. En este caso, la atenuación producida por la lluvia
es más importante ya que se opera a una frecuencia más elevada. Las microondas
comprenden las frecuencias desde 1 hasta 300 GHz.
Microondas por satélite: se hacen enlaces entre dos o más
estaciones terrestres que se denominan estaciones base. El satélite recibe la
señal (denominada señal ascendente) en una banda de frecuencia, la amplifica y
la retransmite en otra banda (señal descendente). Cada satélite opera en unas
bandas concretas. Las fronteras frecuenciales de las microondas, tanto
terrestres como por satélite, con los infrarrojos y las ondas de radio de alta
frecuencia se mezclan bastante, así que pueden haber interferencias con las
comunicaciones en determinadas frecuencias inalámbricas.
Infrarrojos: se enlazan transmisores y receptores
que modulan la luz infrarroja no coherente. Deben estar alineados directamente
o con una reflexión en una superficie. No pueden atravesar las paredes. Los
infrarrojos van desde 300 GHz hasta 384 THz.
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